Antes de los dos años, la relación con tu hijo puede parecer “miel sobre hojuelas”. Pero una vez que crece y descubre que pueden expresar su acuerdo o desacuerdo en algo, no te queda más que preguntarte: ¿cómo manejar los berrinches sin gritos y de una forma positiva?

 

Janet Lansbury, especialista en crianza positiva y respetuosa, señala que los niños (en especial después de los dos años) usan los berrinches para comunicar que algo les incomoda, o la incapacidad de manejar las emociones como la frustración.

 

 

Por esta razón, lo último que debemos hacer como padres es perder la calma, enojarnos con los pequeños, gritarles o pegarles (jamás lo hagas por favor). Una buena forma de reaccionar ante los berrinches es:

 

1. Dejar que se exprese, que saque su enojo, frustración o lo que sienta en ese momento. Evita calmar, apresurar o callar a tu hijo.

 

2. Evita los discursos o los regaños. En eso momento ten por seguro que no te escucharán y sólo te enojarás porque no te hace caso.

 

3. Acompáñalo. Respira y quédate con tu pequeño, para que se sienta acompañado. De lo contrario, dile que puede contar contigo en cuanto termine de sacar su enfado y que puede encontrarte en cierto lugar de la casa.

 

4. Habla con él. Una vez que se tranquilice, platica con él sobre las formas correctas de mostrar sus emociones. Por eso es importante que tú mantengas la calma; si no, qué ejemplo le darás.

 

5. Empatiza con las emociones de tu hijo. Muestra un poco de respeto por su reacción; trata de entender  y atender la emoción que está demostrando en ese momento.

 

Cuando estés a punto de explotar porque el berrinche está tardando más de lo que esperabas… respira hasta calmarte tú. Antes de calmarlo a él, fíjate lo que estás sintiendo tú.

 

Fuente: naranxadul.com